martes, 8 de marzo de 2016

Cansinas: Work in Progress

Hoy quiero confesar... que a veces me canso de leer tantas noticias relacionadas con el sexismo. En días como hoy, donde hay algo que celebrar reivindicar, no hay que buscar mucho para encontrar quince o veinte artículos hablando de micromachismos, de diferencias salariales, de agresiones, de violaciones. Quiero pensar que cuando hablamos de actos delictivos nadie trivializa el asunto. Pero cuando hablamos de detalles simbólicos, como podría ser la decisión del ayuntamiento de Valencia de incluir figuras femeninas en los semáforos de los pasos de peatones, es frecuente escuchar comentarios sobre lo pesaditas que somos y que hasta dónde vamos a seguir reivindicando hasta quedarnos tranquilas. Eso cuando no nos comparan con el nacionalsocialismo alemán, pero bah...

Imagínate que estuvieras reformando una casa en ruinas. Imagínate ese día a día con el albañil, el fontanero, el electricista, que si hay que tirar esta pared, que si esta tubería, que si el sistema eléctrico. Si te cuesta mucho imaginártelo, ponte algún programa de Divinity, que hay dieciocho mil con este formato. Es agotador meterse en obras, parece que el trabajo no se acaba nunca, no se ven los avances, cada día surge un imprevisto, algo sale mal, y aunque parezca que solo ibas a hacer una pequeña reforma, hasta el más mínimo detalle, el más pequeño tornillo, es un quebradero de cabeza que parece no tener fin.

Pues eso, que yo también me canso de esta obra. Me canso de tener tanto que remendar. Cada una de esas reivindicaciones es un arreglito que le estamos haciendo a nuestra sociedad. Cada día que alguien propone “¿por qué no incluimos una mujer en...?” es un día que hemos llegado un poco más allá. Cada vez que hablemos de esto es porque queremos avanzar un pasito. Claro que es cansino, claro que todos los días salimos con una cosa nueva, ¡es que había tanto que cambiar! Si es agotador escuchar nuestra lista de reformas, hazte a la idea de lo ruinosa que era la situación de la que se partía. Ojalá lo hubiéramos podido arreglar en dos tardes.


Quiero pensar que ya tenemos los muros, las paredes, que solo nos falta ir a Ikea una tarde a buscar un par de detallitos.